A mi mujer le gustan los trios

Ha cambiado todo que es una barbaridad por no decir una salvajada, desde que internet hace décadas ya, irrumpe en nuestras vidas. A mi mujer le gustan los trios y los tíos, haciendo un juego muy fácil de palabras. Esa es la verdad, no lo puedo ocultar como marido mirón y disfrutón que soy, teniendo por esposa a todo un putón.

Ella empezó a liberarse con la llegada de internet metiéndose en páginas para ver hombres desnudos. Ella ha sido muy decente, hasta que la llamada del sexo la golpeó muy severamente. Porque el sexo, esa palabra de cuatro letras que no tiene ni pies ni cabeza, no pregunta ni cómo ni cuando, ataca y punto. Y somete a todo ser viviente: mi querida esposa ha sucumbido a sus artes posesorias y dictatoriales como una tetona madura más. Es presa del prurito placentero del sexo.

Es así, comenzó viendo tios en pelotas, de pollas grandes sobre todo y además negros. Le encanta ver pollas grandes de hombres de color. Así es la vida. Le vuelven loca los nabos a tres dimensiones y de chocolate. Y ya no sé si me lo está contagiando. De ahí que me haya vuelto un cornudo mirón sin perdón.

Hace tiempo que a mi mujer le gustan los trios negros

Entonces después de ver muchas fotos y videos de hombres desnudos, pasó ella misma a mostrarse para ellos por Skype en pelotas. Se dejaba ver con las tetas al descubierto para deleitarse mirando cómo ellos se masturbaban con sus tetas caídas. Yo me ponía por ahí detrás para ver la escena. Y ciertamente, me ponía cachondo ver cómo ellos se pajeaban y corrían cuando mi mujer les mostraba sus pechos que tanto placer me han dado a mí.

Era algo así como entrar en una de esas páginas donde las chicas ganan algo exhibiéndose como Morbocams, Placercams. Lo que pasa que ella lo hace por placer y morbo. Pues bien, de aquí a unos meses atrás no contenta con eso, ¡ahora ya queda en directo!

Y ahora lo puedo decir alto y claro que a mi mujer le gustan los trios. La semana pasada quedó con tres extraños por internet. La pusieron pringada hasta la coronilla de lefa y satisfecha de nabos gruesos hasta las cejas. Un par de morenitos y otro blanquito la disfrutaron. Yo pude verlo y fotografiar lo que ella me dejó, en esa fría habitación de hotel: hasta que llegó mi ardiente mujer.

Y lo cierto, es que mirando las fotos de nuevo, no parece nada forzada porque lo hace como si no hubiera un mañana y muy a gusto. ¿Será que me he vuelto un cornudo contento?

a mi mujer le gustan los trios con negros

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