Esposa catalana hotwife de cornudo

Em dic Alícia i sóc esposa catalana hotwife de banyut, o de cornudo como se dice es español. Hablo catalán y castellano, pero escribiré en español porque veo que todos los relatos son así. Bueno para empezar quiero decir que me gustan mucho vuestros relatos y el morbo de cornudos que aquí he visto. Yo soy una mujer más, una casada más a la que el sexo la vuelve loca, pero no siempre fui así.

Antes cuando era más jovencita sí sentía curiosidad como todas supongo, me ponían cachoda algunos de mis amigos de universidad o ya en el instituto. Además estaba bien desarrollada con buenos pechos cosa que yo sé que a los hombres les gusta mucho. De esta forma tuve mis historietas sexuales con amigos, no con muchos, pero lo suficiente para saber lo que es follar de verdad.

Una esposa catalana hotwife muy caliente

Por todo esto, el sexo se ha ido consolidando en mi vida como el lavarme los dientes, y lo vivo a cada momento. Me considero muy sexual, una esposa catalana hotwife que adora el morbo. Ahora ya soy una madura cuarentona que quiere vivir con placer la vida. Estoy casada pero mi marido hace lo que yo quiero, por ejemplo, si vamos a la playa y hago top less para mostrar mis pechos, él no tiene nada que decir. Pero es que además me gusta que me miren y si se excitan aún más.

Por eso acostumbramos a ir a playas y lugares públicos por aquí en Bcn, para disfrutar de nuestro morbo. Yo como mujer hotwife, zorrita y sexual y él, mi esposo, como un buen cornudo. Lo mejor de todo es cuando veo cómo se excita cuando estoy con otros hombres, más machos que él. Porque él de macho no tiene nada, sí de cornudo. Este último verano estuvimos bastante por una playa de Sitges que vamos a practicar dogging.

El dogging es lo de pasarlo muy bien, entre arbustos o matorrales, o en el mismo coche, aprovechando pollones buenos para satisfacer a zorritas casadas como yo. Por eso, este verano, nos fuimos a unos arbustos detrás de la playa, ahí había un jovencito pero con una polla increíble. Le estuve masturbando un buen rato solo por el hecho de agarrar una buen pollón, mi marido miraba y se excitaba. Pero en este caso, no pude dejar al chico así, y nos lo llevamos al coche, él se puso las botas conmigo. Pero no podía desaprovechar ese pollón con una paja a secas.