Cuando decidí comprarme ese estudio cerca de la playa aquí en Barcelona, no supe que me toparía con una agente inmobiliaria chupapollas y muy interesada en la venta. Porque finalmente no compré nada, a pesar que esta mujer vendedora de pisos, rubia y tetona, insistía e insistía.
Luego, después de mi negativa, seguimos un tiempo hablando después de no comprar el estudio que os decía. Ya sabéis, para quien haya estado en esta situación de comprar un piso, lo pesadas e insistentes que se pueden poner estas agentes, por una venta lograda. Una venta de un apartamento que a ella ni le iba ni le venía, como bien supe mucho después. Y que a mí me tuvo durante días sin dormir, en jaque entre decidir si lo compraba o lo dejaba ir. Ya veis, la decisión más importante de la vida de un hombre que es la de comprarse un piso, después de esa primera también gran elección: que es metérsela a una madura sin condón.
Ella lo es, madura potente e imponente, caliente y todo lo que acabe en ente. Un ente en sí misma. Y lo digo porque los bultos que le asomaban por su jersey apretado, cuando ya tuvimos nuestras primeras conversaciones, no eran baladí, no eran poca cosa. Yo ya la había echado el ojo, los intuía grandes y caídos, engordados y hasta salados, como a mí me gustan. Pero no fue hasta el final, en ese no final, de no comprar el piso, cuando sus llamadas se sucedieron de forma personal, a mí y a mí.
Es decir, al tener el número de mi móvil terminal, me llamaba a escondidas detrás de su horario profesional. De particular a particular, de madura a semental.
Imaginación indecente de agente inmobiliaria chupapollas
Ella me dio morbo desde que la vi por primera vez, cuando decidí hacer la visita al estudio en venta: sola, desamparada, intentando vender algo que ni para ella lo quería, vulnerable al cien por cien, cincuentona y tetona. Y con unos ojitos saltones, que decían: cómeme. Lo ideal para un semental con ganas de montar.
Así que después de comunicarle que en la compra yo no iba para adelante, recibo este mensaje Whastapp.
Hola, cómo estás, ya sé que no vas a comprar el piso, pero quería hablar contigo Raúl. Me has caído muy bien estos días, que hemos estado hablando, y quería saber si te interesa otro pequeño estudio que tengo en la zona. Ya sé que lo más seguro no lo quieras ver, pero me gustaría enseñártelo, solo para que lo veas. Aunque ya sé, que finalmente no compras nada, ¿quieres venir hoy a las 17.00 y pasas a verlo?
Este fue el Whatsapp de esta madura española fuera de toda onda. De esta agente inmobiliaria fuera de su horario y calendario. Porque sabiendo que yo ya no estaba interesado, ¿por qué me invitaba a quedar en un estudio que tenía para vender? Lógicamente o así lo entendí, era una propuesta personal para quedar en un apartamento los dos en soledad.
Así que accedí, yo estaba harto de navegar por internet para ver fotos de maduras españolas en pelotas, cansado de intentar ligar con cuarentonas que luego son tíos en chat maduras sumisas calentorras. Y ahora, ¿tenía la oportunidad de quedar con una madre real que al parecer yo le era de merecer? Adelante con la operación, pero no de venta, si no de mami contenta.
Encuentro amistoso de MILF y semental ansioso
De esta manera quedamos a las 17h como ella me había propuesto. Lo cierto es que fue tal y como yo imaginaba. Ella quería quedar conmigo fuera de su horario de trabajo, era algo personal. Me dijo nada más entrar en el estudio y a solas.
Lo cierto es que el piso que has dejado de comprar, el otro, no valía para nada. Yo no lo hubiera comprado ni borracha. Estoy para vender lo que no me gusta y he podido ver que tienes personalidad. Aquí donde estamos, este pequeño estudio de sofá de sky negro, no es para venderte nada, vengo porque me has gustado. Me encantan los hombres juveniles con fuerza y personalidad como tú. Y yo ya ves, ya soy mayor y no tengo mucho que ofrecer. Solo este pobretón trabajo de vender pisos es lo que tengo a mi merced. Madre, divorciada y … con buenas tetas eso sí. ¿Te gustan las tetas grandes Raúl? Ya que no te gustó el piso. Porque las podrías tener todas para ti y ahora mismo… aquí, in situ.
- Si tu lo quieres, yo sí. Porque te veo ahora muy real -le sinceré- y sí, me gustan los tetones, ¿y a ti te gustan las pollas grandes o pollones? Porque veo que la boca la tienes pequeñita, aunque eres una buena bocazas para vender lo que no te gusta, ¿es eso cierto?
Le pregunto de forma incisiva, pero veo que ella no me dice nada, que se calla y que me mira como una perrita observa a su dueño. Después de todo, no era más que una madura con ganas de follar. O eso me parecía a mi.
- Entonces, ¿nada del piso, ni de venderme este estudio en el que estamos verdad? Todo es una pantomima para hacer uso de este semental y del trozo de carne que me cuelga entre las piernas, verdad, ¿vienes a eso perrita?
- Eso es, vengo como una colegiala en su primera cita: con el coño mojado y recién peinada. Para poder enseñarte mis tetas grandes y esperar que te gusten.. mira, mira…
En ese momento puedo ver sus tetones grandes porque se desabrocha y quita el sujetador. Deja caer sus ubres grandes y me recreo en sus pezones gordos, vencidos y blandos porque los comienzo a tocar. Y le dijo mientrastanto:
-Me vas a chupar la polla, la tengo grande y golosa, no sé si te cabrá en la boca.
-Prueba a ver…-me reta.
Así que la arrodillo, me mira y me saco el pollón para metérselo en la boca. La tenía morcillona y vacilante, colgante para clavarla en el primer orificio que encontrase. Este sería su boca de momento. Y la rubia madura, me mira y la chupa. No le cabía toda dentro, así que repasa mi capullo y rechupa media polla. Su boca caliente era fuego perdido y lo notaba en todo el glande. Esta agente inmobiliaria chupapollas que hace unos días intentaba venderme algo, ahora me la está chupando sin condiciones. Todas las que me puso antes, ahora están por los suelos.
-¿Te gusta perra?
-Me encanta Raúl, aggggggg.
-Pues sigue…así es -le ordeno.
Ordenando a esta MILF agente inmobiliaria chupapollas
Le ordeno que se mantenga arrodillada y lo hace para seguir mamando. Y como nadie lo había hecho hace tiempo, con calor y tragando todo lo que podía. Puedo ver sus ojos mirándome y mi capullo reluciente echando las primeras ráfagas de esperma. Quería correrme en su cara de perra caliente: en parte por morbo, pero muy en parte por venganza. Por haberme hecho pasar estos días las de Caín, forzándome para la compra, sin poder dormir.
-Te vas a enterar zorra de lo que es un pollón, cincuentona vendepisos barata, ¡chupa y come!
-Sí, eso quiero, que me des mi merecido por perra lo soy, lo reconozco, es mi trabajo -me confiesa.
Encima le gustaba lo que le decía, la estaba humillando, pero le gustaba. Su coño estaba mojadísimo, la notaba perra como nunca. Esta mature de cincuenta años lo menos, de tetas grandes y agente inmobiliaria chupapollas venida a menos.
No pude más que agarrarle la cabeza, así de rodillas y descargar toda la leche que llevaba dentro.
-Venga puta perra, pon la boca y recoge mi leche.
-Sí Raúl, aquí esta tu agente de pisos chupapollas, ¡toda a tu servicio! También tienes mi culo como puedes ver, me lo abro así para que lo veas -mientras se separaba las nalgas- por si decides la descarga anal sin condiciones.