Tia cachonda con sobrino pajillero

Me llamo Emma de padres alemanes y nacida aquí es España, mis rasgos como veis más alemanes que un jugador del Bayern y soy una tia cachonda con sobrino pajillero. Es así porque lo veo cada vez que voy a casa de mi hermana, aquí en Madrid. Vivimos aquí toda la colonia alemana desde hace tiempo, yo hablo el español perfectamente y mi sobrino, Raúl, es más español que la bandera. Y la de pajas que se hace no se pueden imaginar, lo pillo cada vez que voy a casa de mi hermana.

He visto y leído muchos relatos de incesto, me encanta el sexo más prohibido sobre todo si es en familia. Mi sobrino ya me vio entrar en su cuarto. A él le encantan mis tetas, son grandes como toda yo. El día que lo pillé, ahora hace tan solo cuatro días, estábamos solos en casa. Porque mi hermana había salido a unos recados y entré sin más, a ver qué estaba haciendo mi sobrino caliente. No estaba haciendo otra cosa que merodear en tiktok maduras españolas, a ver si podía ser amigo de alguna.

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Le dije que por qué no hablaba conmigo, que lo tenía más cerca y más fácil. Él, sin que lo supiera su madre, me contó cosas muy íntimas suyas. Me dijo que alguna vez había fantaseado con mi hermana, que se le había puesto dura pensado en follársela a cuatro patas en la cama de matrimonio. ¡A mi hermana!, o sea, a su propia madre follársela. Bueno, le dije, eso es demasiado, pero con tu tia cachonda, eso ya no sería tanto pecado. Así dejarías de navegar por internet en busca de mamis, madres, casadas desesperadas y tetonas en busca de yogurines.

Mira esto, le dije, y de esta forma, le saqué una de mis grandes razones para convencer a un sobrino juguetón como mi sobrino cachondo Raúl. Mira, le dije de nuevo, tu mejor penalti lo vas a tirar con tia Emma. Que no tengo desperdicio y estoy calentísima. Y si te portas como se debe comportar un sobrinito, tendrás el lujo de verme el culo.

Y así fue como pude ver en ese momento que se echaba mano al paquete para hacerse de nuevo otra paja. Déjame a mí, le dije de nuevo. Porque esta pureta madura con más años que la puerta un castillo, te va a sacar todo el brillo. Y así. empecé a pelar este plátano grueso que gastaba mi pequeño Raúl en ausencia de su madre, mi hermana.

-Esto me gusta tía, sigue así, no tocaré más mi plátano para ver como es tu mano, la que mece la cuna.

Y de esta forma Raúl pudo estar con su tia cachonda rubia Emma estas navidades. Pajeándole cada vez que voy a su casa. Os dejo mis tetas gordas y ese culo gordo que trae por la calle la amargura al frustado Raulito.

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