A solas con mi madrastra tetona culona

Tengo una debilidad y es mi madrastra tetona culona, que no para de provocarme cuando mi padre no está. Yo no soy más que un joven que vivía con mi padre tranquilamente, mientras mi madre biológica, ya no estaba. El sexo lo conocía de lejos, a través del ordenador o de la linea caliente. Pero muy pronto, como mi papá quería meterla en caliente y no atormentarse por la desgracia, cosa normal, tuvo que buscarse una sustituta. Y ahí apareció ella: Eva.

Un nombre tan corto como las faldas que usaba y utiliza por casa, como los delantales que se pone y como los camisones de noche. Por lo que en muy pocos días, se vino a vivir con nosotros. Y ahí comenzó todo: la historia de sexo con mi madrastra cachonda.

Aunque se llama Eva, después de pasado un tiempo y de intimar, me he permitido el lujo de cambiarle el nombre:

  • Claro que sí cariño, ¿cómo quieres que me llame para ti?
  • Serás Miranda para mí -le confirmo.
  • ¿Como la naranjada?
  • No bonita, mi madrastra tetona culona, eso es Mirinda, que hay de naranja y de limón con burbujas, pero no… Tu serás MIRANDA, la que me mira con las tetas grandes y sacadas.
  • Ahh vale ya entiendo, la que mira tu polla cuando papá no está
  • ¡Correcto! Parece el título de una película, como la que susurraba a los caballos. Claro que sí, ves como lo entiendes, si aprendes muy rápido…-le digo con condescencia y sin condón.
  • Sí claro que sí…, aprendo porque tengo un buen profesor…

Madrastra tetona culona chupando por la mañana

Esos fueron nuestros comienzos, una atracción sexual que no se pudo evitar y que ni mi propio padre pudo parar. Él, me proporcionó inusitadamente, de forma inesperada este manjar. Porque yo hasta entonces era un pobre pajillero y ¡a mucha honra! que no paraba de darle al manubrio día y noche. Unas veces mirando vídeos porno de españolas y otras, hablando con ellas.

Sí, me gustaba y me gusta el telefono erotico barato, por bizum o por lo que sea, escuchar esas voces cachondas de madres reales. Para eso, para hacerme buenas pajas telefonicas. Pero ahora todo eso cambió, YA NADA ES IGUAL.

Desde que la conozco a ella, desde que mi padre me hizo este regalo venido del cielo, sus tetas son mi colchón, mi condón, mi perdición, y me envuelvo con ellas hasta el último empujón . A Mirinda le encanta y a mí, ¿qué voy a decir?… a mí más. Lo hacemos cuando su marido no está, o sea, mi papaíto.

  • ¿Así te gusta cariño? – me pregunta tras la cubana entretetas y todavía con mi polla pringosa.
  • Claro que sí, es la mejor corbata francesa que he conocido en mi vida…
  • ¿Cuántas te la han chupado así, mi hijastro pollón? -me pregunta con el gesto de una madre consentidora.
  • Ninguna la verdad, lo mío es todo sexo telefónico, videos porno y fantasías sexuales, tonterías de instituto… – le confieso. Mientras me mira con la cara lefada todavía.
  • Vaya… así que ha tenido que llegar esta madrastra tetona culona, para hacerte flipar… ¿es así novato? -se envalentona al conocer mi inesperada confidencia.
  • Justamente eso, ¡eso es! Tú me vas a hacer un hombre, mientras papá está fuera… -le reconozco mientras mi polla comienza de nuevo a endurecer en sus manos.
  • Esto me va a gustar, lo vamos a pasar muy bien, ¿lo sabes? Porque me gustas más que él, y encima tu polla es más grande. Y ahora, déjame que me vaya a limpiar un poco, ¡mira cómo me has puesto!, toda pringada, no vaya a ser que tu padre llegue antes de hora, y nos vea así. Yo voy a mear, porque me has dejado un regusto en el coño, que ni una doble follada. Ahora esconde la manguera que el pollo está en el horno…

La verdad que a veces no entendía sus metáforas, pero ¡qué mas da! si la polla me la pone tiesa con solo mirarme. Y de esta manera, MIRANDA, se fue directa para el lavabo. Con el chocho escocío como una actriz porno.

Desde estos días para aquí, me dejo tanto de internet, lo olvido, esos chats de maduras, sumisas ni amas, solo estoy con ella y por ella. Tengo la excusa de que soy un joven desempleado que no salgo de casa ni a tiros. Porque no tengo trabajo, y porque mi madrastra tetona culona, cuida de mí, como nadie antes lo había hecho. Por Mirinda.

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